Los
Verdes
han recibido con gran satisfacción el cambio de actitud del
Alcalde, del Concejal
de Seguridad y de los Mandos de la Policía Local de Torrevieja,
por entender que es muy positivo haber ordenado la apertura de una
investigación interna para aclarar la filtración del informe que
contenía el altercado del padre del Alcalde con un Agente de la
Policía Local originado por un incidente de tráfico con un tercero
que acabó con aquello de “
tú
no sabes quien soy yo, te vas a enterar “.
El
celo mostrado por los responsables políticos del P.P. con este
asunto del padre del Alcalde, resulta curioso e incluso
desproporcionado si lo comparamos con la pasividad y el desinterés
mostrado frente a otros escándalos de mucho más calado que han
acabado en los tribunales, sentando en el banquillo a concejales y
policías.
El
Equipo de Gobierno no tramitó expediente alguno por el escándalo de
las torturas, pese a la gravedad del asunto, a las evidencias
constatadas en las grabaciones obtenidas por la Policía
Judicial
y a las peticiones del Defensor
del Pueblo
y de las Asociaciones
de Defensa de los Derechos Humanos.
El
escándalo del espionaje ilegal a Agentes de la Policía Local, pese
a su gravedad y trascendencia, tampoco fue tan importante como el
asunto del padre del Alcalde, no tramitando expediente alguno tras
haber permitido que se cometieran todo tipo de irregularidades que
también afectaban y comprometían a otros departamentos municipales.
Por
todo ello, y tras tantos años de abusos e irregularidades en la
gestión de la Policía Local de Torrevieja, resulta gratificante
comprobar que vamos a empezar una nueva época donde prime la
profesionalidad, la transparencia y el acatamiento de la legalidad.
Bienvenidas
sean, por ser muy conveniente que el Equipo de Gobierno del P.P. y
los mandos de la Policía Local asuman con rigor sus
responsabilidades en todos los casos sin excepción, ya que si por el
contrario, se tratara sólo de un caso aislado, y precisamente por
tratarse de quien se trata, del padre del Alcalde, estaríamos como
siempre pero aún peor, primando el nepotismo y la discrecionalidad
en la gestión de un servicio esencial para la ciudad y los
ciudadanos.
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